He amado desde que
los árboles de ciruela
se han confundido
con las matas de maqui
He amado en cada
rebeldía
de este horizonte
cercado y triste
Sabías : que tenías
el encanto amortajado
que la belleza de
estos ojos aman la cicatriz de tu espalda
No puedo dejar de
adorar la caída del rostro
Duele ver cómo las nubes paralizan
la hermosura del
paisaje
La sequedad se
estaciona a despojar sus pétalos
y las raíces siempre
buscan el agua
como cuando he decidido
no ser tuya
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